Anteayer volvía a casa y como tantos días pasé por Recicleta. Recordé el problema que tuvo mi amigo Miguel hace unos años. Él intentaba donar una bicicleta para que la arreglaran y la revendieran, y le explicaron que eso ya no lo hacían, que solo vendían bicis nuevas... Al instante, en el semáforo de Cantín y Gamboa aparece su hermano, precisamente en bicicleta.
¿Casualidad? No lo creo. Su hermano lleva años yendo por Zaragoza en bicicleta, y somos vecinos hace más de un año, y solo me lo había encontrado un par de veces, y siempre a pie.
Iré informando de la evolución de este poder mental.
17 mayo 2007
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